A lo largo de su educación, un estudiante del colegio en Aguascalientes desarrollará diversos tipos de lectura, pero primero deberá pasar por una serie de etapas como descubrir qué es el alfabeto, aprender las vocales, identificar los sonidos, asociar las letras a palabras, etc.
Para obtener los resultados esperados en cada una de estas etapas, expertos en el ramo de la pedagogía establecen que el niño debe contar con cierta edad y habilidades previas, no porque sea el “único momento” para aprender a leer, sino porque al contar con estas características le será más sencillo que su aprendizaje surja de forma natural y no altere la adquisición del resto de los conocimientos.
Sin embargo, para algunos padres de familia puede ser tentador creer que entre más jóvenes sean sus hijos mayor será la adquisición de aprendizajes. De ahí que exista una tendencia a contratar tutores que enseñen a leer a niños que aún no han cumplido los 3 años.
Si bien existen excepciones en cuanto al aprendizaje temprano, es importante no dejar de lado la opinión de los pedagogos acerca de cuál es la mejor edad para aprender a leer. Conoce más acerca de los fundamentos que sustentan esta opinión en el siguiente artículo.
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¿Cuándo aprenden a leer los niños?
En el momento en que el niño da comienzo a su educación básica, que entre instituciones y países puede diferir pero que por lo general va entre los 6 a los 8 años, es cuando se le introduce a cada uno de los procesos que implica aprender a leer.
Habilidades que se adquieren con la lectura
Ahora bien, ¿por qué iniciar este aprendizaje hasta los 6 años, por ejemplo? Mucho tiene que ver con las puertas que abre la adquisición de esta habilidad hacia nuevos conocimientos. En donde si el niño no está emocional, intelectual e incluso físicamente listo para recibirlos es posible que ocurran efectos adversos.
En el colegio en Aguascalientes el cuerpo docente es consciente que aprender a leer genera un puente que facilita el desarrollo de ciertas habilidades como: pensamiento crítico, aumento de vocabulario, comunicación efectiva, manejo avanzado de la redacción, organización de ideas, fortalecimiento de la creatividad, etc.
Pero así como sabe esto, también son conscientes de lo importante que es crear un espacio en donde a los niños se les permita ser niños sin otra preocupación más que jugar, pues incluso en el juego existen otra clase de aprendizajes de valor como el trabajo en equipo, empatía, paciencia y mucho más.
Por qué no se recomienda un aprendizaje temprano
Aunque de 6 a 8 años se considera la edad ideal durante la infancia para aprender a leer, dado que el niño ha crecido y ya cuenta con las bases para adquirir esta habilidad, es posible que exista el caso en que el estudiante haya nacido con una predisposición natural a adquirir aprendizajes con mayor facilidad que otros.
En este escenario no se le estaría perjudicando de ningún modo si se le motiva a aprender antes esta nueva habilidad. Siempre y cuando este proceso sea monitoreado por un experto en educación el niño podrá experimentar importantes beneficios.
Sin embargo, si el niño no muestra síntomas de que está listo para dar una paso tan grande en su desarrollo como lo es aprender a leer, podría ocurrir lo siguiente:
1.- Aversión a la lectura
Cualquier tema en torno al dominio de una lengua, en este caso su lectura, es un proceso complejo que debe tratarse con el cuidado suficiente para no saturar al niño y hacerle sentir que leer es una obligación que debe realizar aunque no tenga interés en ello.
A los 6 años es más probable que el niño del colegio en Aguascalientes empiece a mostrar un comportamiento activo sobre su aprendizaje, por lo que leer será algo que le emocione describir. Esto a su vez hará que la adquisición del hábito de la lectura surja con naturalidad.
En cambio si se le enseña desde una temprana edad cuando el niño no posee ni el interés ni las habilidades intelectuales o emocionales para disfrutar de estas lecciones cuando en realidad lo único que quiere hacer es jugar, el docente y los padres de familia se arriesgan a que el niño crezca con una latente aversión hacia la lectura.
2.- Dificultad de concentración
Aprender a leer requiere de un importante uso de la concentración que surge sólo cuando el niño ha generado ciertas bases. Sin esta clase de habilidades como la paciencia y demás destrezas cognitivas, es probable que el niño en lugar de ser partícipe de los beneficios que se obtienen a través de la lectura termine por desarrollar deficiencias.
Por ejemplo una disminución en sus capacidad de atención e incluso problemas de autoestima por no lograr entender aún cómo descifrar la relación entre el sonido y las formas de esos signos que ve en su cuaderno.
3.- Rechazo al aprendizaje general
A largo plazo una exposición forzada a lecciones de lectura cuando no se está listo puede provocar en el niño un rechazo no solo a la adquisición de un hábito de la lectura sino de cualquier forma de aprendizaje.
Aprender debería ser algo que lo emocione y lo ayude a fortalecer sus talentos pero si en su lugar se le obliga a estar sentado, ignorando por completo sus deseos de explorar aquello que le interesa entonces la relación que genere el niño con cualquier muestra de aprendizaje será negativa, lo que podría limitar su desarrollo humano.
De ahí la importancia de escuchar y prestar atención a las necesidades de los niños, pues no solo se tratan de estudiantes sino de individuos. Para conocer más acerca del tema no dudes en contactarnos y visitar nuestro blog.